Día uno
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Día uno
por Sylvester Ensor Sáb Jul 17, 2010 12:12 am
[Privado]
Una despedida, en su opinión, un tanto empalagosa. Su madre lo había abrazado casi con lágrimas en los ojos y su padre, tan impasible como él mismo, le había hablado durante un lapso de tiempo muy superior al acostumbrado. Lo cierto era que su inicio en Hogwarts no le inspiraba la más mínima emoción.
Tan pronto como permitieron la subida al tren del estudiantado, se apresuró y buscó un vagón alejado y vacío, el último de todos. Se encerró en un compartimiento con sus pertenencias, que acomodó en un rincón, y tomó asiento al lado de la ventanilla que daba hacia el flanco opuesto del andén. Intuyó que tardarían en dar con él y, en un ávido exceso de confianza, subió y cruzó las piernas a la altura de los tobillos, extendiéndolas a lo largo del asiento que ocupaba. Ya se arreglaría si llegaba alguien.
Alzó la mirada y contempló a Greifenhagen tras la rejilla de su jaula; éste dormitaba y por los momentos no deseaba tocarlo, así que resolvió dejarlo allí. Apoyó su espalda en una pared del compartimiento y desvió la vista hacia el exterior. Había extraído su ejemplar de Filtros y Pociones Mágicas de Arsenius Jigger con el objeto de echarle un ojo en el camino; ya lo haría más tarde, pues lo dejaba a mano.
Mientras tanto, imaginaba el panorama del castillo en la oscuridad de la noche y el supuesto silencio previo a la llegada del tren en la estación de Hogsmeade.
Una despedida, en su opinión, un tanto empalagosa. Su madre lo había abrazado casi con lágrimas en los ojos y su padre, tan impasible como él mismo, le había hablado durante un lapso de tiempo muy superior al acostumbrado. Lo cierto era que su inicio en Hogwarts no le inspiraba la más mínima emoción.
Tan pronto como permitieron la subida al tren del estudiantado, se apresuró y buscó un vagón alejado y vacío, el último de todos. Se encerró en un compartimiento con sus pertenencias, que acomodó en un rincón, y tomó asiento al lado de la ventanilla que daba hacia el flanco opuesto del andén. Intuyó que tardarían en dar con él y, en un ávido exceso de confianza, subió y cruzó las piernas a la altura de los tobillos, extendiéndolas a lo largo del asiento que ocupaba. Ya se arreglaría si llegaba alguien.
Alzó la mirada y contempló a Greifenhagen tras la rejilla de su jaula; éste dormitaba y por los momentos no deseaba tocarlo, así que resolvió dejarlo allí. Apoyó su espalda en una pared del compartimiento y desvió la vista hacia el exterior. Había extraído su ejemplar de Filtros y Pociones Mágicas de Arsenius Jigger con el objeto de echarle un ojo en el camino; ya lo haría más tarde, pues lo dejaba a mano.
Mientras tanto, imaginaba el panorama del castillo en la oscuridad de la noche y el supuesto silencio previo a la llegada del tren en la estación de Hogsmeade.
Sylvester Ensor-
Edad : 31
Mensajes : 23
Fecha de inscripción : 14/07/2010
Re: Día uno
por Cynric Morgan Dom Jul 18, 2010 12:24 am
"Tienes todo, ¿verdad?" le preguntó su madre, ajustando algunos detalles en su ropa, luego tomando su rostro entre las manos, para contemplarlo por última vez.
"Todo, excepto la razón por la cual me mandan a un colegio, siendo que me las arreglo bastante bien con el abuelo y contigo"
Su madre le regaló una típica sonrisa torcida, meneando ligeramente la cabeza. "Hay cosas que ni el abuelo ni yo podremos brindarte, Cyn", le dijo, con voz seria.
Cynric le devolvió una mirada, entre decepcionada y triste. "También está Tom. Y Emrys"
El gato lo miró curioso al escuchar su nombre, y ronroneó con suavidad, como dándole ánimos.
"Cynric, tú sabes que..."
"Sí, lo sé", respondió, asintiendo, y disponiéndose a librarse de las manos de Eirwen para subir al vagón, cuando un abrazo lo tomó desprevenido. De repente, todo se volvió rojo y tomó olor a vainilla, debido al cabello de la mujer. Trató, como pudo, devolver el gesto, olvidando la incomodidad que le producía el contacto físico, incluso cuando se trataba de su propia madre.
"Inténtalo, ¿sí? Hazlo por mí" fue la despedida, en un susurro. Cynric le correspondió con una sonrisa y subió al tren.
Segundos después, éste se puso en marcha, por lo que el niño se dispuso a la ardua tarea (a su parecer) de buscar compartimiento en el tren. - Sí, definitivamente dar con uno en el que no estén gritando, llorando, berreando ni jugando snap explosivo, os gweli di'n dda, no será tarea fácil -.
Terminó por recorrer casi todos los vagones con su mascota en brazos y demás pertenencias, cuando por fin dió con los últimos, más tranquilos, en los que parecían estar gran parte de los alumnos mayores, con los cuales tampoco le deseaba tener contacto aún. Le pareció ver un lugar vacio, casi al final, y abrió la puerta, encontrándose dentro, para su decepción con otro niño como él, repantigado a sus anchas.
"Ah, disculpa" musitó, dispuesto a marcharse, cuando algo en aquélla situación lo hizo cambiar de opinión. Se volteó otra vez hacia el jovencito, con una sonrisa burlona dedicada a sí mismo, y dijo: "Hum, los demás compartimientos están ocupados, ¿te importaría si me quedara aquí?"
"Todo, excepto la razón por la cual me mandan a un colegio, siendo que me las arreglo bastante bien con el abuelo y contigo"
Su madre le regaló una típica sonrisa torcida, meneando ligeramente la cabeza. "Hay cosas que ni el abuelo ni yo podremos brindarte, Cyn", le dijo, con voz seria.
Cynric le devolvió una mirada, entre decepcionada y triste. "También está Tom. Y Emrys"
El gato lo miró curioso al escuchar su nombre, y ronroneó con suavidad, como dándole ánimos.
"Cynric, tú sabes que..."
"Sí, lo sé", respondió, asintiendo, y disponiéndose a librarse de las manos de Eirwen para subir al vagón, cuando un abrazo lo tomó desprevenido. De repente, todo se volvió rojo y tomó olor a vainilla, debido al cabello de la mujer. Trató, como pudo, devolver el gesto, olvidando la incomodidad que le producía el contacto físico, incluso cuando se trataba de su propia madre.
"Inténtalo, ¿sí? Hazlo por mí" fue la despedida, en un susurro. Cynric le correspondió con una sonrisa y subió al tren.
Segundos después, éste se puso en marcha, por lo que el niño se dispuso a la ardua tarea (a su parecer) de buscar compartimiento en el tren. - Sí, definitivamente dar con uno en el que no estén gritando, llorando, berreando ni jugando snap explosivo, os gweli di'n dda, no será tarea fácil -.
Terminó por recorrer casi todos los vagones con su mascota en brazos y demás pertenencias, cuando por fin dió con los últimos, más tranquilos, en los que parecían estar gran parte de los alumnos mayores, con los cuales tampoco le deseaba tener contacto aún. Le pareció ver un lugar vacio, casi al final, y abrió la puerta, encontrándose dentro, para su decepción con otro niño como él, repantigado a sus anchas.
"Ah, disculpa" musitó, dispuesto a marcharse, cuando algo en aquélla situación lo hizo cambiar de opinión. Se volteó otra vez hacia el jovencito, con una sonrisa burlona dedicada a sí mismo, y dijo: "Hum, los demás compartimientos están ocupados, ¿te importaría si me quedara aquí?"
Cynric Morgan- Edad : 30
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Fecha de inscripción : 14/07/2010
Re: Día uno
por Sylvester Ensor Dom Jul 18, 2010 7:44 pm
De pronto, una voz interrumpió sin remedio su ensimismamiento obligándole a volver a la realidad. Dirigió su atención al hablante y posó su mirada, adusta y azul, primero en su mascota e inmediatamente después, en él.
–Esa sonrisa no me gusta – pensó al notar su gesto socarrón y cuidó, entonces, que la expresión de su propio rostro fuese la más gélida posible.
“Importarme, hmm… no. Molestarme, aunque no hayas tomado en cuenta ese detalle, tal vez sí”, dijo con suma calma al tiempo que descruzaba los tobillos y enderezaba su postura para tomar asiento como gente decente. “Pero este compartimiento, lamentablemente para mí, no lleva pegada una etiqueta con mi nombre”, agregó con una media sonrisa casi imperceptible en los labios luego de apartarse de la cara un mechón de cabello.
Dicho esto estiró su brazo izquierdo para tomar su libro y atraerlo hacia sí desde un costado del asiento, olvidándose por un momento de la presencia de aquel niño.
–Esa sonrisa no me gusta – pensó al notar su gesto socarrón y cuidó, entonces, que la expresión de su propio rostro fuese la más gélida posible.
“Importarme, hmm… no. Molestarme, aunque no hayas tomado en cuenta ese detalle, tal vez sí”, dijo con suma calma al tiempo que descruzaba los tobillos y enderezaba su postura para tomar asiento como gente decente. “Pero este compartimiento, lamentablemente para mí, no lleva pegada una etiqueta con mi nombre”, agregó con una media sonrisa casi imperceptible en los labios luego de apartarse de la cara un mechón de cabello.
Dicho esto estiró su brazo izquierdo para tomar su libro y atraerlo hacia sí desde un costado del asiento, olvidándose por un momento de la presencia de aquel niño.
Sylvester Ensor- Edad : 31
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Re: Día uno
por Cynric Morgan Lun Jul 19, 2010 12:05 am
"Vaya, si éso es lo que te preocupa..." dijo, en voz alta, arqueando una ceja, tomándose su tiempo para cerrar la puerta.
"No creo que vaya a resultarte tan molesto como los niños de ahí fuera ni que tú seas como ellos. Prometo que ni siquiera notarás que estoy aquí".
Acomodó su baúl de modo que no se entrometiera en el paso y tomó asiento justo al lado de él, con Emrys en su regazo. Acarició el pelaje semilargo y canela, hasta que los ojos zarcos del animal se encontraron con los suyos, cosa que le hizo sonreír. Pronto, las curiosas orbes del felino y de Cynric se posaron en el otro chico.
Automáticamente, Cyn desvió la vista hacia el paisaje por la ventanilla y, con franca satisfacción, dejó descansar el peso de su espalda en el asiento. Intentó que su desbocada mente no pensara en nada mientras los campos verdes aparecían frente a ellos. Ya se las arreglaría cuando llegara al colegio.
"Por cierto, mi nombre es... ¿sabes?, es la primera vez que puedo apreciar de cerca ésa de gatos"
"No creo que vaya a resultarte tan molesto como los niños de ahí fuera ni que tú seas como ellos. Prometo que ni siquiera notarás que estoy aquí".
Acomodó su baúl de modo que no se entrometiera en el paso y tomó asiento justo al lado de él, con Emrys en su regazo. Acarició el pelaje semilargo y canela, hasta que los ojos zarcos del animal se encontraron con los suyos, cosa que le hizo sonreír. Pronto, las curiosas orbes del felino y de Cynric se posaron en el otro chico.
Automáticamente, Cyn desvió la vista hacia el paisaje por la ventanilla y, con franca satisfacción, dejó descansar el peso de su espalda en el asiento. Intentó que su desbocada mente no pensara en nada mientras los campos verdes aparecían frente a ellos. Ya se las arreglaría cuando llegara al colegio.
"Por cierto, mi nombre es... ¿sabes?, es la primera vez que puedo apreciar de cerca ésa de gatos"
Cynric Morgan- Edad : 30
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Re: Día uno
por Sylvester Ensor Lun Jul 19, 2010 2:26 am
"Espero que así sea", dijo sin mirarlo; sus ojos seguían fijos en algún punto frente a él. "Por mi parte... puedo asegurarte que no soy como ellos".
Ladeó el cuello y se reclinó un poco en el asiento antes de distinguir, con el rabillo del ojo, la figura del animal próximo a sí.
Fue cuando el chico se refirió a «ésa clase de gatos» que, por segunda vez, volvió a prestar atención al suyo y lo contempló de nuevo; no tenía pensado sacarlo de la jaula.
"Su nombre es Greifenhagen", añadió sin interés.
Ladeó el cuello y se reclinó un poco en el asiento antes de distinguir, con el rabillo del ojo, la figura del animal próximo a sí.
Fue cuando el chico se refirió a «ésa clase de gatos» que, por segunda vez, volvió a prestar atención al suyo y lo contempló de nuevo; no tenía pensado sacarlo de la jaula.
"Su nombre es Greifenhagen", añadió sin interés.
Sylvester Ensor- Edad : 31
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Re: Día uno
por Cynric Morgan Sáb Jul 31, 2010 11:19 pm
Asintió, para dar a entender que lo reconocía y, tal vez, para asegurarle que él tampoco podía considerarse parte del resto de los chicos de su edad, hecho que, si bien no le pesaba en absoluto, a veces lo cecepcionaba.
El gato, que dormitaba plácidamente ajeno a lo que ocurría a su alrededor, parecía carecer de pelo. En vez de repugnarlo, como supuso que sería el efecto que debería provocar entre las personas, lo encontró sumamente extravagante y, quizás por ello, atractivo. Se sintió aún más fascinado por él cuando escuchó cómo lo llamaba su dueño, una apelativo entre noble y atávico.
"Es un nombre muy particular y a tono, sin lugar a dudas, con la singularidad del animal", se atrevió a opinar, rascando a Emrys detrás de las orejas, a pesar del nulo efecto que parecía tener sobre éste, más bien interesado en el otro niño. "Hum, ¿puedo permitirme el atrevimiento de preguntar cuál es el de su dueño?"
El gato, que dormitaba plácidamente ajeno a lo que ocurría a su alrededor, parecía carecer de pelo. En vez de repugnarlo, como supuso que sería el efecto que debería provocar entre las personas, lo encontró sumamente extravagante y, quizás por ello, atractivo. Se sintió aún más fascinado por él cuando escuchó cómo lo llamaba su dueño, una apelativo entre noble y atávico.
"Es un nombre muy particular y a tono, sin lugar a dudas, con la singularidad del animal", se atrevió a opinar, rascando a Emrys detrás de las orejas, a pesar del nulo efecto que parecía tener sobre éste, más bien interesado en el otro niño. "Hum, ¿puedo permitirme el atrevimiento de preguntar cuál es el de su dueño?"
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Re: Día uno
por Sylvester Ensor Lun Ago 02, 2010 10:05 pm
“Es el nombre de una ciudad.”, comentó mientras pasaba la primera página del libro que había reservado para leer. Francamente, no estaba interesado en leer ni en hablar con un desconocido; pero, como opinaba su padre, «la hipocresía es diplomacia y la diplomacia reina si se quiere salir bien parado de toda situación incómoda, indeseable o sencillamente… insubstancial.»
Apartó los ojos de la página cinco y los fijó, de nuevo, en el chico, quién demandó su nombre de una manera excesivamente educada. Pensó que él también estaba siendo «diplomático» y sonrió sombríamente para sí antes de responderle con voz glacial: “El mío, Sylvester Ensor...”, y casi de inmediato añadió, “estuviste a punto de decirme el tuyo antes de prestarle demasiada atención a mi gato.”
Apartó los ojos de la página cinco y los fijó, de nuevo, en el chico, quién demandó su nombre de una manera excesivamente educada. Pensó que él también estaba siendo «diplomático» y sonrió sombríamente para sí antes de responderle con voz glacial: “El mío, Sylvester Ensor...”, y casi de inmediato añadió, “estuviste a punto de decirme el tuyo antes de prestarle demasiada atención a mi gato.”
Sylvester Ensor- Edad : 31
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Re: Día uno
por Cynric Morgan Mar Ago 03, 2010 12:13 am
Frunció el ceño ligeramente, entre asombrado y perplejo, sin perder la sonrisa distraída. Volvió a su actitud despreocupada casi milisegundos después.
"Qué curioso; a decir verad, lo primero que se me vino a la mente fue Maurice Greiffenhagen, no una ciudad germana. Era un pintor inglés..."
No puedo evitar apretar los labios para callarse, a punto de mencionar la palabra 'muggle' y, aún peor, hablar del ilustrador. Se movió en el asiento, incómodo, desviando la vista hacia la ventanilla una vez más. Sabía perfectamente que debía ser cuidadoso con lo que mencionara respecto a los muggles, Ciarán Morgan se lo había advertido suficientes veces como para lo tomara en serio, aunque todavía no alcanzaba a comprender exactamente la razón. Sin embargo, no tuvo que preocuparse demasiado por ello, ya que él no parecía prestarle demasiada - mejor dicho, ninguna - atención.
O éso era lo que creía, hasta que Sylvester volvió a dirigirse a él y, cortesmente, le recordó que debía presentarse también.
"Cynric, Cynric Morgan" le respondió, con una media sonrisa, mirándolo fijamente hasta que reconoció el libro que tenía en su regazo: un ejemplar de Filtros y Pociones Mágicas, de Arsenius Jigger. Se acercó más a Sylvester, mirando por encima de su hombro y musitó, casi sin pensar "... yo creo que no seré capaz de preparar una poción decente. Digo, la teoría es sencilla, pero requiere de mucho más que éso, es todo un arte"
"Qué curioso; a decir verad, lo primero que se me vino a la mente fue Maurice Greiffenhagen, no una ciudad germana. Era un pintor inglés..."
No puedo evitar apretar los labios para callarse, a punto de mencionar la palabra 'muggle' y, aún peor, hablar del ilustrador. Se movió en el asiento, incómodo, desviando la vista hacia la ventanilla una vez más. Sabía perfectamente que debía ser cuidadoso con lo que mencionara respecto a los muggles, Ciarán Morgan se lo había advertido suficientes veces como para lo tomara en serio, aunque todavía no alcanzaba a comprender exactamente la razón. Sin embargo, no tuvo que preocuparse demasiado por ello, ya que él no parecía prestarle demasiada - mejor dicho, ninguna - atención.
O éso era lo que creía, hasta que Sylvester volvió a dirigirse a él y, cortesmente, le recordó que debía presentarse también.
"Cynric, Cynric Morgan" le respondió, con una media sonrisa, mirándolo fijamente hasta que reconoció el libro que tenía en su regazo: un ejemplar de Filtros y Pociones Mágicas, de Arsenius Jigger. Se acercó más a Sylvester, mirando por encima de su hombro y musitó, casi sin pensar "... yo creo que no seré capaz de preparar una poción decente. Digo, la teoría es sencilla, pero requiere de mucho más que éso, es todo un arte"
Cynric Morgan- Edad : 30
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Re: Día uno
por Sylvester Ensor Mar Ago 03, 2010 1:16 am
“Un gusto.”, dijo por mero protocolo y advirtió, incómodo, como Cynric Morgan se acercaba para mirar el libro por encima de su hombro. Ante la idea de una cercanía a la que él no había dado pie, le tendió el libro para que lo tomase y así lo dejase en paz… o al menos se distanciara.
“Espero ser bueno en Pociones.”, anunció al levantarse de su asiento y dar unos pasos al frente con el pretexto de acomodarse la ropa, cosa que hizo. “Es lo único, que de toda esa sarta de materias, me llama la atención.” Miró de nuevo a su gato.
“Un muggle, ¿no?, ése Greiffenhagen…”, preguntó a Cynric sin mirarlo. “Nada sé de ellos. Honestamente, nunca me han interesado más allá de su ropa, que puede agradarme a veces.”
“Espero ser bueno en Pociones.”, anunció al levantarse de su asiento y dar unos pasos al frente con el pretexto de acomodarse la ropa, cosa que hizo. “Es lo único, que de toda esa sarta de materias, me llama la atención.” Miró de nuevo a su gato.
“Un muggle, ¿no?, ése Greiffenhagen…”, preguntó a Cynric sin mirarlo. “Nada sé de ellos. Honestamente, nunca me han interesado más allá de su ropa, que puede agradarme a veces.”
Sylvester Ensor- Edad : 31
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